Unas
8.000 personas acudieron a la “tradicional” marcha
Los
días previos a la tercera cuenta anual del presidente Sebastián Piñera estuvieron marcados por importantes disputas entre los dos grandes bloques
políticos del bloque en el poder - la Concertación y la Alianza-, motivados principalmente por el
asunto del terremoto-tsunami. Toda esta trifulca opacó en los medios la
continuidad de la lucha estudiantil y contingentes conflictos sociales, como el
que enfrentó la localidad nortina de Freirina o la ciudad de Calama. Sin
embargo, las voces disidentes a este modelo nuevamente se tomaron las calles
céntricas de Valparaíso y salieron a marchar para demostrar su descontento en
el día de “las glorias navales”.
Mientras
Piñera hablaba en el Congreso Nacional, a unas cuantas cuadras de allí, en la
Plaza Victoria, comenzaban a prepararse para avanzar hacia el Parque Italia diversas agrupaciones sindicales, estudiantiles y populares, disconformes con
la indigna realidad en que se encuentran insertas las mayorías sociales de
Chile. El perímetro que rodea al edificio del Parlamento se encontraba
totalmente impenetrable, y en las calles aledañas al breve recorrido de la
manifestación, 10.000 policías hacían guardia, registraban “preventivamente” a
los transeúntes y se preparaban para reprimir la rabia del pueblo que lucha. A
diferencia del año anterior, la convocatoria no fue tan contundente; unas 8.000
personas acudieron a la manifestación, en parte debido el
cerco de seguridad levantado en los márgenes del puerto, que negó el acceso a
una cantidad no menor de buses provenientes de la capital repletos de
estudiantes y trabajadores. Mientras tanto, los
personeros del Gobierno ni se sonrojaron cuando se descubrió por casualidad
en un canal de televisión que habían trasladado engañados “con un viaje a la
playa” a decenas de personas de la tercera edad, que fueron obligadas a
manifestarse a favor del presidente, con pancartas y todo, a las afueras del
Congreso. Un “chocman”, unas galletas y un jugo, fue lo que recibieron a
cambio.
La marcha llegó a destino sin inconvenientes, hasta
que un grupo de manifestantes
sobrepasó las vallas de contención y durante más de una hora lanzaron piedras a
las fuerzas policiales apostadas en Avenida Pedro Montt. En el Parque Italia,
dos funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI) de civil fueron
descubiertos por un grupo de manifestantes, quienes les propinaron una dura
paliza. En medio de la gresca, el subinspector Stanley Gonzales perdió su arma de servicio (una pistola 9mm),
cuestión que tiene en paranoia a la Institución, la cual a través de los medios
de comunicación masivos y las redes sociales desesperadamente se encuentra
llamando a la delación para dar con el paradero de cualquier persona involucrada
en el hecho.
Según la prensa servil al
poder, la jornada de este año fue mucho más pacífica que otras pasadas. 105
fueron los detenidos al terminar la protesta; un par de ellos son acusados de
portar bombas incendiarias y otro procesado por portar un lienzo que decía “Si
es necesario, matar al presidente”, cita textual de la letra de una canción del
grupo de rock “La Floripondio”.
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