Una herida que no cierra en el corazón del pueblo
El asesinato de los
dos jóvenes miristas ocurrido el 29 de marzo de 1985 y que dio origen a la
conmemoración del “Día del joven combatiente”, ha sufrido un vuelco relevante,
esto a partir de una carta escrita por uno de los 3 ex carabineros condenados
por este hecho. Jorge Marín Jiménez, recluido en el “Penal” de Punta Peuco,
cumple una condena de 10 años por el doble homicidio de los hermanos Rafael y
Eduardo. Junto a él, también fueron condenados a 7 años de prisión, Álex Ambler
Hinojosa y Francisco Toledo Puente, mientras que otro procesado por el crimen,
Marcelo Muñoz Cifuentes, fue absuelto.
La versión hasta
ahora conocida de los hechos, señalaba que Rafael y Eduardo habían sido
asesinados a mansalva por una patrulla policial en una calle cercana a la
intersección de 5 de Abril con Las
Rejas, comuna de Estación Central. Jorge Marín niega que Rafael Vergara Toledo
haya sido asesinado en la vía pública, como si lo fue Eduardo (quien luego de
ser herido, fue rematado en aquel sitio). Según su versión, el teniente Alex
Ambler, a cargo del grupo, habría ordenado trasladar al herido, pero aún vivo
Rafael, al vehículo policial, para llevarlo a un sitio eriazo y darle muerte,
lo que finalmente se consumó en el patio de la entonces Tenencia Alessandri de
Estación Central. Marín, va más lejos, y asegura que quien dio muerte a Rafael
fue Marcelo Muñoz, paradójicamente el único ex uniformado que quedó libre de
responsabilidades en la investigación.
Ante estos
dolorosos nuevos antecedentes, Luisa Toledo y Manuel Vergara, decidieron
presentar una querella por homicidio en contra quienes resulten responsables y
pedir un ministro en visita para reabrir la investigación. Una vez más queda de
manifiesto que la balanza de la justicia no está a favor de los de abajo; luego
de una espera de más de 20 años por conocer la verdad de lo ocurrido en este
emblemático caso, todo ha vuelto a punto cero.
Sin embargo, el ejemplo de
Eduardo y Rafael, sigue indemne: muchos jóvenes populares siguen abrazando su
legado y dando vida a nuevas generaciones que se han lanzado decididamente a
hacerle frente a este injusto mundo. Hijos rebeldes del pueblo como Eduardo y
Rafael, vivirán para siempre en la lucha de los oprimidos, independiente de lo
que dicte cualquier tribunal de justicia.
Publicado en el nº13 del periódico "Solidaridad"
No hay comentarios:
Publicar un comentario