martes, 19 de marzo de 2013

Es la hora de tender puentes para avanzar en la unificación sectorial e intersectorial del campo popular


Editorial del nº 15 de "Solidaridad", marzo-abril de 2013

La muerte marca la aparición de este nuevo número de “Solidaridad”. Primero fue el asesinato del dirigente sindical clasista Juan Pablo Jiménez el que golpeó fuertemente los corazones de los que luchan, y después el fallecimiento del líder venezolano Hugo Chávez, que conmueve de norte a sur a nuestra América Morena.

El asesinato de Juan Pablo Jiménez evidenció la ausencia de un nivel de respuesta social que se condijera con las implicancias políticas del hecho. Ni siquiera un hecho de esta magnitud fue capaz de romper con la modorra estival y convocar a amplios sectores sociales a exigir verdad y justicia; únicamente una franja de la izquierda de intención revolucionaria logró articular movilizaciones e instalar la necesidad de no bajar la guardia ante este vil asesinato.

Esta situación nos debe llevar a reflexionar en torno al contexto de aislamiento social en que se encuentran los luchadores clasistas, derivado de los precarios niveles de organización social y política del campo popular: debemos asumir nuestra responsabilidad como revolucionarios en revertir esta situación. Consideramos que ello será posible en la medida que articulemos sectorial e intersectorialmente a nuestras organizaciones, potenciemos la agrupación de las y los trabajadores clasistas en una sola organización que los una, tareas que de igual forma debemos desarrollar en el seno del mundo estudiantil, poblacional y campesino. Solo un salto cualitativo en el desarrollo de las fuerzas populares permitirá dar amplia cobertura social a cada organización y a cada luchador y luchadora popular.

Asimismo, este trágico hecho debe ayudar a definir políticamente a las y los trabajadores combativos y en general a los luchadores sociales. El homicidio de un sindicalista revolucionario resitúa las implicancias de asumir seriamente la lucha de clases, lo que plantea la necesidad de organizarse políticamente. No resulta aconsejable actuar como “llanero solitario”, se requiere de compromiso orgánico y actuar colectivo para abordar la enorme tarea del momento, construir una alternativa socialista y libertaria para nuestro pueblo. La actual coyuntura política requiere de organizaciones populares que piensen con cabeza propia, que pierdan el temor a converger con el otro, que aprendan a escuchar para decidir de forma colectiva e independiente y, en definitiva, que tiendan puentes para proponer un camino común que barra con las condiciones sociales y políticas que sirven de fermento al cobarde asesinato de nuestros hermanos de clase.

Finalmente expresamos nuestro profundo pesar por la muerte de Hugo Chávez. Este deceso marca el inicio de una nueva coyuntura política a nivel latinoamericano y coloca a nuestros pueblos en una hora crucial, que estará marcada por la dirección que tome el proceso bolivariano. Llegó el momento de pasar a una etapa superior, a la profundización de las transformaciones sociales en Venezuela y el continente. Los caminos están planteados y lo determinante será la construcción de un pueblo fuerte y organizado capaz de conseguir los cambios necesarios.

¡Por el Socialismo y la Libertad!
¡Arriba las y los que Luchan!
¡Venceremos!

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