En
la Villa Santo Tomás de Peñaflor, una población de viviendas sociales entregada
en 2003, cuando muchas familias se vieron abatidas por la cesantía, surgió un
grupo de pobladoras y pobladores organizados que comenzaron a luchar para
evitar el remate de sus casas.
A
fines del 2005, nace el Comité de Deudores Villa Santo Tomás que formó parte de
Andha Chile. Desde el comienzo, no fue fácil organizar y crear conciencia. No
fue fácil que los maridos dejaran salir a sus mujeres a las asambleas o a las movilizaciones.
Lentamente, el movimiento se fue fortaleciendo y se fueron forjando confianzas
vitales para cimentar la lucha; entonces las mujeres fueron dejando a sus hijos
al cuidado de otras vecinas, pidiendo permiso en los trabajos, haciendo
actividades para reunir fondos, pintando muros, haciendo lienzos, etc. Tras el
quiebre del movimiento de deudores habitacionales en 2006, estos vecinos
siguieron bajo Andha Chile a Luchar.
En
2006, más de diez mil personas hicieron una ocupación de la casa central de
Banco Estado, logrando paralizar los remates por un plazo de 60 días. Esta
acción logró consolidar y legitimar al movimiento, ya que muchos vecinos se
convencieron de que sólo unidos y luchando se podrían lograr cosas. Desde
entonces están organizados como Deudores Habitacionales, extendiéndose a otras
poblaciones aquejadas por los mismos problemas. Claudia Hernández es dirigente
histórica del movimiento de deudores y sobre su experiencia nos cuenta que; “las movilizaciones eran realizadas en
Santiago centro, principalmente en bancos e instituciones financieras, en
ministerios, realizando tomas de sus dependencias, funando diversos actos públicos
de las autoridades de turno, marchando, haciendo cortes de calle, etc. En lo
territorial, organizábamos visitas
sorpresas a la municipalidad, masivamente, como herramienta de presión, para
concretar audiencias con las autoridades y lograr ciertas soluciones a las
demandas.”
Todas
las acciones, estrategias y objetivos eran definidos en asambleas con
participación de muchos vecinos y vecinas. Ciertamente, debido al evidente
fortalecimiento de este tipo de movimientos, y producto del Estado policial en el
que nos encontramos, la represión fue especialmente dura con los manifestantes,
que en su mayoría han sido siempre mujeres. Fueron reiteradamente detenidas,
maltratadas y humilladas; fueron pasadas a fiscalía y debieron enfrentar largos
juicios, por protestar en las piletas de la Moneda o por tomarse un ministerio.
“Esto sólo radicalizó aún más las
acciones de las deudoras”, señala Claudia.
Gracias
a la organización y a innumerables manifestaciones, los últimos gobiernos han
ido entregando paulatinamente diversos beneficios a los deudores
habitacionales, por lo que la agitación en este frente de lucha está
disminuida. Sin embargo, recientemente en 2012 se conformó la junta de vecinos
Vida Digna Villa Santo Tomás. Claudia fue electa como la presidenta de esta
agrupación y además es dirigente de la Asamblea Popular Santo Tomás que reúne a
vecinos de otros sectores. Aquí se genera un espacio de asambleas donde se
discuten las distintas temáticas, se toman acuerdos, se definen actividades y
se calendarizan movilizaciones. “Hoy ya no
hay grandes movilizaciones como hace algunos años, pero como vecinos, como
asamblea, como comunidad, sabemos que lo logros que se obtienen, no son regalos
de nadie, ni del banco, ni de los gobiernos. Nuestros logros son hechos con la
participación, sacrificio, unidad y lucha, por confiar en la organización, y
esto ha cambiado en cierta forma la mentalidad de muchos de nuestros vecinos,
ya no somos borregos que acatamos todo, sabemos que tenemos derecho a opinar,
sabemos que podemos luchar, que nos podemos organizar, somos solidarios, nos
conocemos, nos defendemos, confiamos en nosotros y confiamos en mejorar, y eso
no lo regalan”, señala Claudia.
A
lo largo de los años de lucha, Claudia nos cuenta que siempre han ido logrando
pequeñas cosas, y eso ha sido fundamental para consolidar y proyectar el
movimiento; operativos de salud en la población, lentes ópticos, lomos de toro,
juguetes para los niños, coordinar ellos mismos la FPS (Ficha de Protección
Social) para ser encuestados, aportes para realizar talleres, diversos
beneficios sociales, etc. En lo masivo se consiguieron dos decretos de
beneficios a deudores habitacionales el DS 51 y el DS 12 del Ministerio de
Vivienda, que si bien no han sido las mejores soluciones -siendo para algunos
bastante conveniente pero para otros ha significado volver a ponerse la soga al
cuello- ha disminuido la carga en los dividendos en muchos casos a nivel
nacional y ha entregado condonaciones del 100% de la deuda a casos de extremos.
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