Desde la Unión Socialista Libertaria saludamos a todos los compañeros y compañeras que en la actual coyuntura vienen protagonizando acciones diversas de propaganda, movilización, resistencia y lucha en barrios, universidades, sindicatos, calles y plazas con el fin de impedir el retorno al poder estatal del Fujimontesinismo (cuyo rostro actual es Keiko Fujimori) que es una organización política mafiosa con sustento económico neoliberal y prácticas fascistas en la represión del movimiento popular, y que ha accedido a la segunda vuelta de la contienda electoral presidencial junto a la camarilla de corruptos y bufones derechistas alineados en el esperpento “Fuerza 2011”. El fujimorato está dispuesto a retomar las riendas en la administración estatal y profundizar el modelo impuesto por el capitalismo internacional (FMI, Banco Mundial, UE, EE.UU., China, etc.), así como barrer con lo que aun quedó en pie luego de su régimen dictatorial.
Asimismo, queremos ratificar que el fujimorato no sólo ha sido sinónimo de genocidio social, de violaciones impunes a los derechos humanos, terrorismo de Estado (perpetrado por el Grupo Colina –bajo las órdenes de Fujimori y Montesinos- como guerra de baja intensidad, cruel y violenta en los años 90) de rapiña capitalista y corrupción institucionalizada (congresistas, jueces, magistrados, empresarios, etc.), sino que en este momento es la punta de lanza del neoliberalismo en nuestro país (tras el cual se esconden el resto de sectores de la derecha reaccionaria) que quiere volver a enquistarse en el poder para culminar la labor pendiente que no afianzaron debidamente los gobiernos de Alejandro Toledo y Alan García, sobre todo en el ámbito laboral, social, económico y político, así como endurecer los mecanismos de aniquilación total a toda oposición desde el campo popular o democrático y a la desarticulación de toda forma de organización presente y futura que amenace el predominio de sus intereses económicos y cuestione al actual modo de producción capitalista.
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En tanto, para los jóvenes que quizás tengan una idea vaga o perciban como parte de alguna ficción los horrores cometidos por el fujimontesinismo, no baste quizás recordarles los tristemente célebres y abusivos “ceses colectivos” de trabajadores de los sectores público y privado, al amparo de una legislación antilaboral y antisindical que hasta hoy está vigente en muchos aspectos (Constitución de 1993). Quizás no baste recordar que más de 300 mil trabajadores del Estado fueron lanzados a la calle durante dicho régimen, no para “reducir” el aparato estatal, pues posteriormente se contrató mucho mayor personal condicionado a las reglas de la privatización, sino para eliminar diversos beneficios sociales y laborales que por ley les correspondían, al igual que en las empresas privadas, en cifras que oficialmente ni siquiera se pueden precisar pero que son ostensiblemente superiores a las del aparato estatal. Pues desde entonces hasta la actualidad, los despidos arbitrarios son práctica común, justamente al amparo de la legislación “fujimontesinista” aun vigente. Luchar por revertir este aspecto sigue siendo tarea pendiente del movimiento popular.
Quizás a los jóvenes que apoyan el retorno del fujimorato y aun los que luchan contra este, no deba bastar con decirles que las cifras de muertos y desaparecidos estipulada en la denominada “Comisión de la Verdad” respecto a los resultados de la guerra interna –principalmente durante la década fujimorista- se cuentan por decenas de miles, pues detrás de todo ello y por delante hay un permanente estado de guerra civil interna que lleva mucho tiempo y que tiene raíces más profundas en el ansia de libertad de los explotados y oprimidos de todas las épocas contra las clases sociales explotadoras agazapados tras el poder de todos los gobiernos que se han sucedido en la historia del Perú.
Jamás debemos olvidar los horrendos crímenes de la dictadura (persecuciones, torturas y asesinatos extrajudiciales a estudiantes, dirigentes sindicales, opositores, periodistas, esterilizaciones forzosas a mujeres de comunidades rurales en la sierra del país, etc.), así como la larga lista de actos de corrupción a gran escala financiado por el robo sistemático a las arcas del Estado y con el auspicio del Imperialismo Norteamericano que puso a un desconocido Alberto Fujimori en el Poder el año 1990, tras derrotar al liberal Vargas Llosa.
La vuelta del fujimorato significaría el retroceso total de lo poco que se haya podido avanzar desde que la dictadura cayó. Significaría el repunte brutal de la criminalización de la protesta y con la comparsa de los medios de comunicación –desde ya alineados en su mayoría con Keiko Fujimori- el embrutecimiento masivo.
Por otro lado, los que luchamos por y desde el Socialismo Libertario lo hacemos teniendo en nuestra carne y voluntad el legado de tantos luchadores sociales e inocentes de todas las épocas, por ello entendemos que más allá del peligro actual, el fujimorato será un incidente más en el largo camino por la emancipación social si bajamos la guardia y pensamos sólo en la lucha “contra el mal peor” o las respuestas de coyuntura. Por ello, debemos estar vigilantes ante todo enemigo de nuestro pueblo y de la libertad, porque el sistema de explotación siempre se encargará de reciclar a sus asesinos y políticos. El problema principal más allá del fujimorismo o el entrampamiento de las elecciones democrático burguesas, sigue siendo el Capitalismo y su perro guardián, el Estado. Y ante este problema, siempre será la misma respuesta: la construcción y consolidación del Poder Popular libertario, horizontal, con democracia directa, participativo y con unidad en la diversidad, que geste sus propias dinámicas de lucha, organización y representación.
Sin embargo, entendemos que tácticamente será mucho más difícil luchar contra un enemigo que no tendrá escrúpulo alguno en utilizar la ilegalidad (escuadrones paramilitares y parapoliciales) y derribar los últimos reductos de libertades que permiten por lo menos la existencia y trabajo abierto de las organizaciones sociales del proletariado y los sectores populares, y es por ello que nos sumamos activamente a la lucha contra la posibilidad de que retorne la dictadura fujimorista, pero también nos mantenemos alertas contra todos los posibles enemigos de la clase trabajadora y el pueblo en general, incluso aquellos que pretenden mostrarse como “izquierda” o nacionalistas.
Por ello, es necesario remarcar nuestra posición política situada dentro de un marco más amplio de lucha social por la auto-organización libre de todos y todas. Si bien es cierto, en esta lucha latente contra la barbarie del fujimorato y por la recuperación de la memoria social, nos hallamos codo a codo con activistas por los derechos humanos y compañeros y miembros de diversas tiendas políticas, entre los cuales se encuentran los adherentes al otro partido en competencia electoral: Gana Perú; lo cierto es que, nuestra lucha y convicción va más allá y no apostamos por secundar proyectos políticos que en esencia y cuerpo programático no representan los verdaderos intereses de las grandes mayorías.
Nuestra oposición, como ya lo dijimos, es ahora contra la articulación de la ultra-derecha tras el fujimorato, en ese fragor bregamos por la unidad desde la lucha, en un marco meramente táctico y de acumulación de fuerzas, pues nosotros nos guiamos por una praxis revolucionaria que nos desliga de sectarismos o divisionismos infantiles a priori, así como de populismos acríticos, reformistas y oportunistas. Nuestra apuesta seguirá del lado del campo popular y la convicción de romper la trampa de seguir votando por los de arriba y emprender la lucha permanente con los de abajo. Sin embargo, ahora el factor subjetivo dentro del movimiento popular está mucho más desarrollado. Pero ese desarrollo es insuficiente, muestra de ello es que un amplio sector del movimiento popular esté ahora optando por el “mal menor”, la autodenominada tendencia “nacionalista”.
Asimismo, queremos hacer una crítica abierta y militante a la izquierda en general y a sus sectores autodenominados de vanguardia, quienes durante décadas se han entrampados en discusiones y pugnas fraticidas que han menguado a las fuerzas popul ares. Esto permitió que la derecha avance y se entrone incluso en sectores populares y marginales con asistencialismo y regalos de miseria. La izquierda en nuestro país no ha sido capaz de construir referentes orgánicos o alternativas de cambio social y las consecuencias las vivimos ahora, pues se tiene que “mover a las masas” detrás de partidos ideológicamente externas a las demandas de clase, como el nacionalismo, o alinearse detrás de modelos caudillistas y con vocación militarista que no reparan en hacer concesiones a la derecha asustada (el modelo económico y la Constitución ya no serán tocados, así como otras “moderaciones” para beneplácito de la burguesía). Ahora la palabra la tenemos nosotros, las nuevas generaciones destinadas a no repetir viejas taras y devolver el verdadero matiz creador a nuestras propuestas.
Ahora bien, ¿cuál es la perspectiva para nuestro pueblo en general y para la clase trabajadora en particular ante este panorama? Pues nosotros decimos que nada ha cambiado ni cambiará en términos generales. La contradicción principal sigue siendo entre los sectores propietarios de los medios de producción y quienes trabajan en ellas, dentro del esquema estratégico de la lucha de clases por la emancipación social. Actualmente el Capitalismo se aferra a su modelo económica denominada “neoliberal”, que es la reedición bajo nuevo maquillaje del liberalismo económico y la clásica fórmula de acumulación originaria del capital.
El “capitalismo salvaje frente a un capitalismo con rostro humano” no existe, porque el capitalismo no puede ser “domesticado”. Este sistema económico es simplemente sinónimo de depredación y muerte en todos los sentidos, con la única finalidad de generar riqueza a los detentadores de los medios de producción dentro de dicho sistema.
Entonces, sea “economía de libre mercado”, “economía social de mercado” o incluso “economía nacional de mercado”, como son algunas etiquetas rimbombantes que crean los políticos, la clase trabajadora sabe que es el mismo ropaje del capitalismo inhumano controlado y manejado por toda la clase que vive a expensas del sudor ajeno y que en su desesperación por el poder eterno y la riqueza no dudarán en arruinar el propio planeta, como ya lo vienen haciendo (transnacionales que depredan selvas y ecosistemas, mineras que matan a poblados enteros, producción masiva de insumos de muerte y destrucción). Por eso la lucha por la liberación social es también una lucha por la propia supervivencia de nuestra especie y la vida en todo el planeta.
En ese sentido, y siendo nosotros parte de una corriente que lucha y defiende el Socialismo y la Libertad, instamos a los compañeros y a todo el pueblo en general a estar organizados por encima de coyunturas y a perder el miedo a “pedir lo imposible”, pues si el presente es de lucha el mañana nos pertenece
También queremos mencionar que este domingo 5 de junio no solo son las elecciones presidenciales,sino que marca una fecha mucho más importante: el tercer año de la masacre de los hermanos indígenas y amazónicos en Bagua que jamás debemos olvidar.
Su lucha –nuestra lucha- aun sigue vigente, contra las transnacionales y la repartición de tierras y recursos naturales. Estas mismas demandas levantan las heroicas comunidades aimaras y pobladores de Puno, quienes se oponen a la presencia de empresas mineras que a cambio de míseros sueldos de explotación les ofrecen contaminación y depredación de los recursos con que cuentan el valiente pueblo puneño que al día de hoy siguen en huelga indefinida.
Quienes nos planteamos la tarea de bregar por un mundo distinto en paz y con respeto a las diversidades culturales no podemos pasar por alto estas fechas, ya que eso es justamente lo que el Estado quiere para seguir borrando de la memoria colectiva las fechas del pueblo combativo, muchas veces con la complicidad de quienes dicen representar al pueblo mismo.
Finalmente volvemos a extender nuestro saludo a todos los actos honestos de lucha y resistencia, de justicia y dignidad, de esperanza y unidad. Nuestro saludo solidario a los familiares de los desaparecidos o asesinados durante la dictadura, nuestro brazo extendido a todos quienes constantemente sufren el acoso del poder y aun así siguen de pie sin callarse ni retroceder.
¡Por justicia y dignidad, Fujimori nunca más!
¡Los asesinados y desaparecidos durante la dictadura,
viven en los que luchan!
¡5 de junio: A tres años de la masacre, Bagua no se olvida!
¡Contra el modelo neoliberal y el saqueo de nuestros recursos!
¡Por la auto-organización libre en sindicatos,
universidades, barrios, pueblos, etc.!
¡Arriba los y las que luchan!
UNIÓN SOCIALISTA LIBERTARIA
Fuente: http://www.anarkismo.net/article/19678
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