El Pueblo no cesa de luchar: un pequeño recuento de lo ocurrido en la semana en la ciudad de Santiago.
El día domingo 21 en el Parque O’ Higgins se realizó un acto cultural por la Educación, al cual asistieron 700.000 personas. Cifra histórica, nunca vista desde la Dictadura.
Por otra parte, diversas organizaciones populares, partidos de izquierda, organizaciones de intención revolucionaria, pobladores, juntas de vecinos, colectivos, estudiantes, trabajadores, han confluido en una instancia orgánica asamblearia que han denominado “cordones zonales”, con la intención de impulsar la lucha social. La CAM (Coordinadora de Asambleas Metropolitana) se encuentra organizada en Estación Central, San Miguel, Ñuñoa, Renca, Maipú-Cerrillos, Macul, Barrio Yungay y varios otros sectores de la capital.
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24 y 25 de Agosto: días de paro nacional de trabajadores y estudiantes
A pesar de que los sindicatos de choferes del Transantiago no adhirieron al paro, ni tampoco restringieron el horario de funcionamiento como en algún momento se especuló (de 9:00 a 17:00 horas), la ciudad no funcionó “con normalidad” como aseveró el Presidente Piñera y sus ministros. Decenas de cortes de ruta bloquearon el tránsito en varias avenidas estratégicas de la ciudad; Camino a Melipilla, 5 de Abril, Alameda (en varios puntos), San Diego, Macul, Grecia, Vicuña Mackenna, Departamental, General Velázquez, Independencia, Vitacura, Santa Rosa, Puente Pio Nono, Américo Vespucio, Recoleta, y un sinnúmero de lugares más. En palabras del presidente, este paro nacional, tuvo como única intención “causarle daño a Chile” y amenazó duramente a quienes se atrevieran a salir a la calle a luchar por sus derechos.
En varias universidades se produjeron duros combates entre estudiantes y policías: en el frontis de la Usach, en el Cordón Macul (Pedagógico, Utem y Campus Juan Gómez Milla de la Universidad de Chile), en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, en la Facultad de Medicina de la universidad de Chile y en las sedes céntricas de la Utem.
El servicio público se encontraba paralizado en un alto porcentaje y solamente realizó turnos éticos de emergencia. Varias marchas, mítines y concentraciones se produjeron en diversos puntos, destacando una marcha que agrupó a más de 5000 personas en la comuna de Puente Alto. La lucha por terminar con el trabajo precario, impulsar una reforma tributaria que cobre impuestos más altos a las grandes empresas y mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador, a pesar de la represión y la intransigencia de la clase política y la patronal, continúa en aumento y está lejos de amainar.
En el segundo día, se repitieron los bloqueos de calles en la madrugada, pero lo más importante es que fue incuestionable la demostración de fuerza de los sectores movilizados: alrededor de 300.000 personas marcharon por el centro de Santiago (el gobierno reduciría la cifra a 50.000), desde cuatro puntos: Estación Central, Estación Mapocho, Plaza Italia y San Diego con calle Placer. Las cuatro columnas se juntaron cerca de la Plaza Los Héroes, superando el límite puesto por el gobierno que fijaba el punto de finalización de la marcha en Cumming con Alameda. De esta manera los manifestantes lograron acercarse a dos cuadras del palacio presidencial, lugar en donde un enorme contingente policial y vallas de contención frenaron su avance.
Luego, comenzaron los inevitables enfrentamientos con las fuerzas represivas. La lucha callejera se extendió por horas en diversos puntos del centro de Santiago, desde Plaza Los Héroes, hasta la Universidad de Santiago de Chile. En medio de la refriega, Bancos, locales transnacionales de comida rápida y varios otros “símbolos capitalistas”, fueron arrasados. Incluso la Iglesia de la “Gratitud Nacional”, lugar en donde fue velado Jaime Guzmán (político de ultraderecha, el más importante ideólogo de la Dictadura chilena, responsable directo de la Constitución del ’80 y de la implementación del neoliberalismo en Chile, ajusticiado por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez), fue atacada y manifestantes le encendieron fuego a su puerta.
Huelgas de hambre estudiantiles
Los 5 estudiantes del Liceo de Buin (comuna rural del sur de la Región Metropolitana), luego de 37 días de ayuno, depusieron la medida de presión, debido a su delicado estado de salud. Sin embargo, ellos no descartan volver a retomar la huelga y aseveran que continuarán movilizados y que pretenden radicalizar el movimiento. Luego, de forma cobarde y malintencionada el Ministro de Salud, Jaime Mañalich, acusó directamente en la prensa a los jóvenes de no haber ayunado. Ante lo cual los estudiantes exigieron disculpas públicas y demandaron al ministro.
Por su parte, los estudiantes del Liceo Darío Salas, que llevan más de un mes en huelga de hambre aseguran que no depondrán su forma de protesta. A lo largo del país suman más de 40 las y los estudiantes que han optado por no ingerir alimentos, con el fin de forzar a que el gobierno cumpla las demandas del movimiento.
Noches de caceroleos y revueltas: un joven fue asesinado por la policía
El pueblo haciendo eco a la convocatoria de protesta social, aglomeró las calles de poblaciones y barrios en la mayor parte de las comunas del Gran Santiago: Cerro Navia, Pudahuel, Lo Prado, Estación Central, Peñalolén, Cerrillos, Pedro Aguirre Cerda, Ñuñoa, La Reina, Santiago Centro, Puente Alto, San Bernardo, El Bosque, Huechuraba, Conchalí, Recoleta, La Pintana, La Florida, San Ramón, La Granja, etc. Desde las 20:00 horas miles de personas comenzaron a hacer sonar con estridencia sus ollas y cacerolas a lo largo y ancho de la capital. En muchos lugares se realizaron marchas nocturnas, se levantaron barricadas y se produjeron intensos enfrentamientos con las fuerzas especiales de carabineros. También se registraron saqueos a locales comerciales (supermercados y farmacias principalmente), tiroteos (policías y manifestantes han resultado heridos), casetas de seguridad ciudadana y automóviles incendiados, ataques a servicentros, bancos, multitiendas, etc. A muchos sitios abarrotados de manifestantes, carabineros solo pudo acceder provistos de escopetas antimotines y tanquetas. El hecho más lamentable, fue la muerte de un joven en la Comuna de Macul: Manuel Gutierrez Reinoso, de 16 años. Según sus hermanos que se encontraban con él y diversos testigos, fue un grupo de policías quienes abrieron fuego hacia Manuel. La “Institución” niega los hechos y asegura que ese día en el sector ninguno de sus efectivos hizo uso de su arma de servicio, cuestión que ponen en duda los vecinos del sector.
Al final de las intensas jornadas de lucha, se contabilizaban en 1394 las personas detenidas, muchas de ellas formalizas por cargos como, desórdenes, saqueos y maltrato de obra a carabineros.
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