A un año de la Muerte de Georges. Fontenis.

El agosto pasado se cumplió un año de la muerte del reconocido militante anarco comunista Georges Fontenis. También, hace más o menos un año, como revista decidimos dedicar nuestro primer número al compañero francés, por ser este el eje articulador de lo que actualmente se desarrolla como “anarquismo de masas” en Chile, con sus adherentes y polemistas, detractores y antagonistas.

Fundamentalmente polémico -ya sea por su claridad meridiana o por su forma directa de decir y plantear las cosas-, Fontenis sigue sintetizando gran parte del espíritu que hoy anima, la construcción de diversas experiencias que pretende posicionar la trayectoria histórica del anarquismo militante. Su gesto, el de tomar una tradición compleja y rica para hacerla reflexionar en un contexto determinado, es lo que motiva la repetición de su acto original: el de pensar una anarquismo clasista adecuado a las condiciones reales de la Francia que le era contemporánea. Gesto que, repetido, nos coloca de forma inmediata con el presente y sus profundas dificultadas. Esta contemporaneidad, obviamente, roza y obliga a la tradición y a la teoría a pensarse de de forma viva, a replantearse como efectiva, como alternativa, como palanca que realmente desarrolle la potencialidad de las contradicciones presentes. Al mismo tiempo, esto molesta, incomoda, porque trae consigo el aire de lo nuevo, de la vida, esa vida que es insustituible, ya que como decía otro viejo revolucionario “... quien toma por punto de partida el pensamiento abstracto nunca podrá llegar a la vida, porque no hay camino que pueda conducir de la metafísica a la vida. Una y otra están separadas por una abismo. Salvar este abismo, da un salto mortal, o lo que Hegel llamó un “salto cualitativo” del mundo de la lógica al mundo de la naturaleza, de la vida real, es cosa nadie a conseguido nunca y que nunca nadie conseguirá. Quien se apoye en la abstracción, en ella ha de morir”. Estas palabras de Estatismo y anarquía se justifican en la medida que están cruzadas por el mismo phatos que recorre la obra de Fontenis. Ambos pensadores no pueden ser separados del vinculo intimo con la situación política de la que son parte y es por eso que aparecen como pensamiento vivo, no sólo por estar cruzados por el contexto, sino por expresar ese espíritu vital, móvil, propio de todo anarquismo militante, uno que se resiste a verse satisfecho en la abstracción de sus propias formulas, las que operan como un lecho de Procusto para con la realidad y que, por lo tanto, sólo resuenan como el eco de la palabra propia, pero que nada nos dicen de lo que efectivamente sucede y cual es nuestro lugar en tales acontecimientos.

Por lo tanto, esta suerte dislocadura entre el contexto efectivo de Fontenis, su reflexión política y nuestro propio presente, abre el espacio para comprender lo que intentamos transmitir con esta recopilación de textos que ahora presentamos de forma separada: es la actualidad de la política lo que da vida y sentido a la tradición militante del anarquismo, al anarquismo de masas, nada más. Si no es nuestro contexto real el que nos da las pautas de desarrollo teórico y practico de esta tradición histórica, trataremos siempre con figuras de museo, unas que cobrarán vida sólo en el campo cerrado de la enunciación académica o bien, en los delirios de aquellos que no buscan la transformación efectiva de la realidad sino la mera comprobación de sus posiciones, forzando los acontecimientos y siendo más un obstáculo que un aporte para el desarrollo de perspectivas revolucionarias.

Sabiendo que Fontenis, mucho mejor que nosotros, es capaz de transmitir esa esencia activa y militante del anarquismo, es que vemos como necesario conmemorar su muerte con estos textos.

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Salud y revolución social
Comunismo Libertario.
Santiago de Chile, 2011