Chile es
una de las cinco áreas más importantes para la pesca a nivel mundial, esto se
debe a la alta productividad biológica del territorio marino y por la corriente
de Humboldt que pese a su fría temperatura es muy provechosa para la industria
pesquera ya que contribuye a la existencia de especies en grandes cantidades.
Esta
alta productividad biológica del fondo marino ha hecho que Chile pase a ocupar
el sexto lugar en el mundo en relación a la cantidad de captura anual. A su
vez, a nivel nacional, la pesca ocupa el tercer lugar del sector productivo,
después de la Minería y el sector Forestal.
En Chile
lo que existe en relación a la pesca, como en el resto de sectores de la
economía, es un modelo neoliberal. Este modelo ha generado que se conciba el
mar como una fuente inagotable de recursos y como un basurero. La falta de
regulación es otra característica del modelo pesquero en Chile, ya que no
existe la infraestructura necesaria para fiscalizar la captura por parte del
Estado. Esta falta de infraestructura no es casual, sino parte importante de la
constitución de este modelo.
Antiguamente
existía un modelo de libre acceso a los recursos del mar, concebidos como de
uso público, con la Dictadura Militar (gran responsable de la instalación del
neoliberalismo en Chile), se potencia la privatización. Con el fin de la Dictadura
y el comienzo de la democracia se dio un proceso de negociación entre las
compañías pesqueras y la Concertación. Como es sabido, la Concertación
consolidó la instauración del neoliberalismo en Chile. En este sector instaló el
sistema de cuotas individuales
transferibles de pesca, las cuales son entregadas a industriales y
artesanales con una duración de diez años. El Estado dejó el 90% de éstas para
el sector industrial y el otro 10% para la totalidad de los pescadores
artesanales de la costa chilena.
La
aprobación e implementación del sistema de cuotas transferibles de pesca tuvo
como consecuencia la privatización de los recursos del borde costero, la
transnacionalización de la captura y extracción de recursos, y por último la
entrada del sector financiero.
La
concesión del borde costero y del agua, que permanecía en manos del Estado,
pasa a manos de los bancos: se trata del mercado de las concesiones. Algo
similar pasa con las cuotas de pesca. La concesión y las cuotas de pesca
comienzan a conformar el mercado de venta y reventa en la pesca, lo cual busca
ser profundizado con el proyecto de la nueva ley de pesca, o “Ley Longueira”.
Oligarquía neoliberal chilena, las 7
familias beneficiadas con la industria pesquera
La
oposición entre pesca artesanal e industrial es un enfrentamiento desigual
desde sus inicios, desigualdad originada en el sistema de cuotas transferibles.
Es una evidencia de que vivimos en un país dominado por una Oligarquía
Neoliberal. Esto también se expresa en el sector pesquero. El 90% de cuotas
apropiadas por el sector industrial corresponden a 7 familias de las más ricas
del país. Estos son los Angelini, Sarkis,
Stengel, Cifuentes, Jiménez, Izquierdo y Cruz, quienes se fusionaron en 4 grandes
conglomerados que controlan el 76% de la capacidad pesquera industrial del país.
A partir del año 2001 comenzaron a fusionarse las empresas
que extraían los distintos recursos a lo largo del país, principalmente jurel,
sardina, anchoveta y merluza. Actualmente esos 4 conglomerados controlan el 92%
del sector pesquero nacional, repartiéndose 3.000 millones de dólares anuales.
Estos son:
-Orizon: fusión de South
Pacific Korp y Pesquera San José, de las familias Angelini y Lecaros, que
captura el 80% de la sardina y el jurel del norte del país.
-Blumar: fusión de Itata
y Golfo, de las familias Sarquis y al grupo Yaconi-Santa Cruz, que es titular
del 20,28% de la cuota industrial de jurel, del 26,07% de sardina común, del
31,05% de merluza común y del 15,74% de merluza de cola.
-Camanchaca Pesca Sur: fusión de
Camanchaca y Bíobío, de Fernández y Stengel.
-Marfood: fusión de
Joint Venture de Alimar y Foodcorp.
Es aberrante que miles de pescadores artesanales tengan
derecho a la extracción de sólo el 10% de las cuotas totales del país, mientras
que siete familias atesoran el 90% restante.
Ley de Pesca y sus modificaciones: sistema
de cuotas individuales transferibles y áreas de manejo, institucionalización de
la desigualdad
Para
entender el modelo de pesca vigente en Chile, debemos centrarnos, en primer
lugar, en las llamadas Cuotas Individuales Transferibles (CIT). Éstas son un
mecanismo de asignación de ciertos recursos pesqueros a determinados usuarios,
quienes obtienen el derecho de propiedad sobre dichos recursos. Las CIT
permiten al usuario ceder, transferir, arrendar o realizar cualquier operación
comercial con su cuota. Los mecanismos de asignación de las cuotas favorecen a
quienes tengan mayor capacidad extractiva, por ende favorece a la pesca de tipo
industrial.
Además, genera
la entrada del sector financiero, ya que se produce una división entre quienes
son dueños de las cuotas y quienes extraen recursos gracias al comercio con
ellas (debido a su carácter transable, arrendable y transferible).
Con la
entrada de este factor en la pesca, principalmente mediante la capacidad de
estimación de la cuota anual de captura, se requiere de una mayor fiscalización
estatal en cuanto a la viabilidad y el mantenimiento del equilibrio en la
extracción. Sin embargo, al no existir dicha regulación por parte del Estado, el
único criterio para la captura será el mercado, desembocando en la sobreexplotación
de los caladeros, terminando por su agotamiento y extinción.
Otro
punto importante que modifica esta nueva Ley de Pesca tiene que ver con las
áreas de manejo, que hasta ahora son áreas de uso exclusivo de la pesca
artesanal a través de sus sindicatos. No pueden ser vendidas, concedidas,
arrendadas o cualquier tipo de mediación para otros fines.
Lo que busca
la nueva Ley es precisamente que, de ahora en adelante, estas áreas puedan ser
vendidas, concedidas, arrendadas, etc., para entidades que no sean necesariamente
del Sindicato ¿A dónde apunta esto? A que las grandes empresas de diversas
áreas puedan empezar a hacer uso de estos sectores a través de mediaciones
monetarias, ya sea para extraer recursos u otros fines, como por ejemplo sacar
por el mar ductos de desperdicios tóxicos de las grandes celulosas. Recordemos
que hoy en día existen varios conflictos ambientales ligados al uso del mar
como basurero por las grandes empresas.
Otro
fenómeno asociado al progresivo arrinconamiento del pescador artesanal es su
proletarización mediante la desposesión de sus medios de vida. La pesca artesanal
no le sirve a los capitalistas y por ello la quieren eliminar: les interesa que
los pescadores artesanales de hoy dejen de ser trabajadores por cuenta propia y
pasen a ser mano de obra barata en la pesca industrial u otros rubros.
Los efectos de la industria pesquera
afectan a todas y todos los chilenos…
Los
pescadores artesanales no son los únicos afectados por la Ley Longueira, sino
todo el pueblo de Chile, que pierde soberanía alimentaria y sobre sus recursos
naturales, sobreexplotados para beneficiar a unos pocos, a costa de nuestra
salud y bienestar. Y es que el producto de la sobreexplotación de los recursos
del mar por la pesca industrial no va a parar a nuestros platos a la hora de
almuerzo. Las modificaciones a la Ley de Pesca sólo benefician a los bancos y a
las grandes empresas pesqueras, ganaderas y de exportación.
Las
grandes empresas ganaderas usan la harina de pescado para alimentar a sus
animales. Y la mayoría del pescado restante no va para consumo de los chilenos,
sino que se exporta a países europeos o a Japón. Resulta sumamente
contradictorio que nuestro país, teniendo una larga franja de mar y una gran
industria pesquera, sea un país con bajo consumo de pescado. Y esto tiene un
motivo principal. La mayor parte del consumo de pescado en los hogares no se
deriva de la pesca industrial, sino de la pesca artesanal. Y esta no puede
sustentar el consumo de la mayoría de los chilenos debido a las bajas cuotas de
pesca que se le otorga. El monopolio de las 7 familias que
controlan la pesca industrial también influye en la fijación de los precios del
pescado para el consumo en nuestro país, encareciéndolo.
¿Qué
hacer frente a esto?
Hasta el
momento se han realizado un gran número de protestas por parte de los
pescadores artesanales, que no han conseguido evitar la aprobación de la Ley en
la cámara de diputados. Si bien la protesta es necesaria, es importante que
esta no se quede solo en el área de la pesca artesanal, sino que pueda ligarse
con otros sectores de producción, para generar un desgaste real y concreto para
quienes sostienen este sistema.
En
primer lugar, con los proletarios del sector pesquero, es decir, quienes
trabajan en la pesca industrial, muchos de ellos hijos o familiares de los
mismos pescadores artesanales que, por los motivos señalados anteriormente como
las bajas cuotas y el deterioro ambiental, se ven obligados a dejar la pesca
artesanal y pasar a ser mano de obra barata de la industria pesquera. Para
lograr ganar esta batalla se hace necesario darles donde más les duele. Si los
pescadores artesanales paran su producción sólo ellos se ven dañados. En
cambio, si se logra hacer parte de esta lucha al área industrial, a los grandes
empresarios les generaría una pérdida abismal de ganancias y es ahí donde su
sistema se pone realmente en jaque. Porque finalmente el trabajador de la pesca
industrial no es el enemigo del pescador artesanal, sino su compañero de clase,
un trabajador que al igual que ellos suda para darle de comer a su familia. El verdadero
enemigo es el que lucra con todo esto, quienes se hacen millonarios a costa del
trabajo de los demás, es decir, las 7 familias propietarias de la industria
pesquera.
Finalmente,
no es sólo la injusta organización del sector pesquero la que afecta a la gran
mayoría explotada, sino la que rige el conjunto de la economía del país, por lo
que se hace necesario avanzar en un marco reivindicativo común para fraguar un
proyecto de cambio social que abra paso a la vida digna que merece el pueblo
chileno.
Estela y Fresia
Publicado en el periódico "Solidaridad" nº13
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