Durante la jornada del día jueves 27 de septiembre, nuevamente, fueron miles los que salieron a la calle exigiendo transformaciones de fondo a la educación chilena y rechazando las medidas cosméticas impulsadas desde arriba y sin tomar en cuenta las propuestas del movimiento social. Este nuevo paro nacional estudiantil, convocado por la Confech, la Aces y la Cones, se produjo cuando está a punto de vencer el plazo de entrega (30 de septiembre) por parte del gobierno del “presupuesto 2013” al Parlamento. Se eligió esta fecha con la intención de presionar a que sean atendidas las demandas estudiantiles en dicha discusión. En la capital, esta nueva jornada de movilización y lucha reunió según sus organizadores a unas 70.000 personas, cifra muy dispar a la entregada por Carabineros, quién redujo la asistencia a la marcha a tan solo 5.000.
La marcha comenzó
su recorrido desde el frontis de la Usach, avanzando por la Alameda, doblando
luego por Avenida España en dirección a un escenario levantado en Blanco
Encalada con Abate Molina. Los primeros enfrentamientos se produjeron cuando un
grupo de manifestantes intentó sobrepasar las vallas de contención y continuar
su avance por la Alameda hacia el oriente. Posteriormente se levantaron algunas
barricadas en Avenida España, produciéndose varios choques con las fuerzas
policiales. Al final de este nuevo paro, se contabilizaron cerca de un centenar
de detenidos en el centro de Santiago, dos de ellos (jóvenes estudiantes secundarios)
son acusados de portar cócteles molotovs.
Por otra parte,
mientras se desarrollaba la marcha ocurrió algo “curioso”; en medio de la
multitudinaria manifestación, en plena Avenida España, apareció un bus
alimentador del transantiago abandonado. Los asistentes a la marcha denunciaron
públicamente que se trataba de un nuevo montaje policial, debido a que había
agentes de civil con cámaras en la azotea del edificio que se encontraba a un
costado del microbús varado y además algunos señalaron incluso que había
sospechosos bidones con líquidos incendiarios al interior y en las cercanías
del vehículo. Por su parte, como era de esperar, las autoridades rechazaron las
acusaciones, afirmando que sólo era una máquina que sufrió desperfectos y que
se encontraba a la espera de la llegada de una grúa que la remolcaría.
En el resto del
país el movimiento popular también se tomó las calles y se sumó a la
convocatoria de paro. En todas las capitales regionales se registraron
manifestaciones, tal fue el caso, de Concepción, Temuco y Valparaíso, sólo por
citar algunos de los innumerables puntos de Chile en donde estudiantes y
diversos actores sociales expresaron su malestar con un sistema educativo que
hace agua por todos lados.
Ante las migajas
entregadas por el gobierno y la clase política en su conjunto, el movimiento ha
sido enfático en la continuación de la lucha y ha convocado a una nueva
movilización nacional el próximo 11 de octubre.
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