Más
de 4000 personas se movilizaron el pasado 22 de abril hacia la “Plaza de la Ciudadanía”
en Santiago para defender el agua de los empresarios mineros y agroindustriales.
Variadas fueron las organizaciones sociales, medioambientales, campesinas y de
defensa de los territorios que acudieron a la cita, entre las cuales destacaron
casos emblemáticos como Mehuín, Freirina, Huasco, entre otros. La marcha se
enmarcó en el día de “Conmemoración del día de la Tierra”, la cual terminó con
un acto simbólico en que personas que representaban distintos territorios
juntaban sus aguas desde el sur, del norte y de la zona central. Las
principales reivindicaciones de esta movilización fueron; el fin al lucro, la
derogación del código de aguas, y la suplantación por mecanismos de regulación
territorial en donde los habitantes de cada zona puedan tener control sobre el
agua de la localidad.
La
lucha por el agua es algo que nos compete a todos y todas, pues es un elemento
esencial en nuestras vidas, y en la del resto de los seres vivos del mundo, y
que hoy en día el capitalismo, en su fase neoliberal, es su afán de mercantilizar
todo lo que encuentra a su paso, termina por privatizar los derechos más
elementales del ser humano y la naturaleza. Así, se genera por una parte
concentración de riqueza (en términos de control sobre los “recursos
naturales”) y por otra, contaminación,
escasez y la consecuente precarización de las condiciones de vida de nuestros
hermanos y hermanas que viven en los territorios donde el saqueo es el pan de
cada día. Por lo tanto luchar por el agua, la defensa del territorio, la tierra,
las semillas, la justicia y la libertad para nuestros pueblos es el único
camino viable para solucionar nuestros problemas.
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