Santiago despertó ayer
abrigado por el fuego de las barricadas que se levantaron en distintos puntos
estratégicos de la fría capital, interrumpiendo así la monotonía de sus
mañanas. Los cortes de calle dieron así la bienvenida a una nueva jornada de protestas
que se levantan en busca de alguna respuesta a las demandas del pueblo que
tanto tiempo lleva gritando que quiere algo diferente.
No solo la capital
despertó iluminada por las fogatas; en varios lugares del país como Concepción,
Valparaíso, Temuco, La Serena, Calama, San Antonio, Osorno, Arica, Puerto
Montt, Antofagasta, se dio inicio a la movilización multisectorial convocada
por la CONFECH, la ACES, la Unión Portuaria de Chile, los trabajadores subcontratistas
del cobre (agrupados en el SITECO y la
CTC), y a la cual se sumó la CONFUSAN, los profesores, entre otros gremios. Los ejes orientadores de este nuevo paro estudiantil, articulado con un paro
productivo de los sectores estratégicos de la economía chilena, fueron los
siguientes puntos: educación gratuita y de calidad, fin al sistema de las AFP y
renacionalización de los recursos naturales, especialmente el cobre.
La reacción del
gobierno no se hizo esperar. El ministro Chadwick rápidamente comenzó a
vociferar amenazas fascistoides, criminalizando, tildando de violentistas y delincuentes a los trabajadores
y estudiantes que se movilizaron legítimamente en esta jornada de lucha.
En la capital, desde
las 13:00 comenzaron las 3 marchas desde distintos puntos del centro, sumando
una convocatoria de más de 100.000 personas que se volcaron a las calles entre
consignas de combate y gritos de indignación. Como es habitual la represión
policial no se hizo esperar, repartiendo golpes y gases con la intención de
dispersar a los y las manifestantes. A pesar del accionar policial la jornada
de movilización continúo a lo largo de todo el día, con manifestaciones,
marchas, concentraciones, caceroleos y barricadas.
En Valparaíso los trabajadores del transporte decidieron parar, en el norte los trabajadores mineros bloquearon el paso a las faenas de El Teniente, en Chuquicamata los trabajadores de la CTC bloquearon el acceso a la mina, y a lo largo del borde costero chileno se registró el bloqueo del 90% de los puertos por parte de los solidarios, combativos y conscientes trabajadores portuarios quienes levantaron barricadas, y se sumaron a las marchas en las diferentes regiones de esta larga y angosta faja de tierra. En Calama la Asamblea Ciudadana convocó a un paro comunal ya que las autoridades no han sido capaces de dar respuestas a las demandas de la zona como la entrega del 5% de las ventas del cobre, 400 millones de dólares como indemnización, la renacionalización del cobre, agua y litio, además de considerar la zona como extrema. Algo similar ocurrió en la localidad de Tocopilla, que también realizó un paro comunal.
Luego a las 19:00 horas
en Santiago, se llamó a una gran concentración en señal de protesta contra la
represión del gobierno y por las demandas ya por todos conocidas. A la Plaza
Italia llegaron alrededor de 800 personas según las cifras oficiales. Pero la dura
jornada no acabó ahí ya que se llamó a cacerolazo en las diferentes poblaciones
y barrios del país, invitando a las y los pobladores a tomarse las calles que
les son propias. Atendieron al llamado poblaciones de muchas comunas de
Santiago y regiones.
Sin
duda el día 26 de junio de 2013, será recordado, por ser una de las más largas
jornadas de protesta desde el 2011 y principalmente por la participación de las
y los trabajadores de sectores productivos estratégicos del país y por la gran
convocatoria en las calles tanto en Santiago como en otras ciudades a lo largo y ancho de
territorio. La jornada de ayer, sin duda, sienta un precedente en cuanto a la
unidad de la lucha entre estudiantes y trabajadores.
Finalmente,
durante la madrugada el gobierno se tomó su revancha, desalojando violentamente
los colegios que serán locales de votación en las primarias presidenciales y
que se encontraban tomados por sus estudiantes.
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