domingo, 28 de julio de 2013

Chiloé: entre mitología y realidad

El pueblo tomó la palabra y se movilizó por una salud digna para el archipiélago

El conflicto que se mediatizó a partir del corte de la Ruta 5 en la madrugada del lunes 27 de mayo en la comuna de Quellón -en la parte sur de la Isla Grande-, era algo que se veía venir. Las reivindicaciones levantadas en el petitorio de la Asamblea Social son elementales para el funcionamiento básico de su hospital.  Pero lo que detonó y masificó rápidamente las demandas fue el fallecimiento de dos pobladoras: Carola Concha y Verónica Cosme; razón por la cual el movimiento social convocó a todos los actores locales, incluyendo al concejo municipal, quienes se tuvieron que hacer parte de la Asamblea como un grupo más.

Fue el despertar de la comuna de Quellón, organizada y movilizada en un paro comunal convocado tanto por la Asamblea Social como por el propio municipio de esa ciudad, quienes posicionaron mediática y socialmente una demanda conocida por cada uno de los  habitantes de estas islas como un problema urgente, y que cada mes que pasa cobra más y más víctimas, pues si bien se conocen las carencias y las precariedades en el cual se encuentra la salud en este país, esa misma crisis se incrementa en las zonas denominadas aisladas por la mirada centralista con que gobierna el Estado y sus paupérrimas políticas de seguridad social enfocadas por territorio.



Es así, como a 4 días de iniciado el corte de carretera, el mismísimo  ministro de Salud vino a intentar resolver a Quellón, con la premura de que las movilizaciones sociales no se propagaran por el resto de las diez comunas del archipiélago. Mañalich aterrizó en Chiloé, con un paquete de ofrecimientos sorpresa y varios recursos que tendrán distintos caminos legales para poder resolver las carencias hospitalarias de la comuna de Quellón. En tiempo record se negoció el petitorio de la Asamblea Social y el ministro voló de vuelta a Santiago con el acuerdo de resolver a la brevedad algunas urgencias, mientras que la comunidad organizada se comprometió a levantar el corte de ruta que tenía parado el tránsito del principal puerto con movimiento de salmones en nuestro país, precisamente Quellón.

Por otro lado, lo que ocurrió en la parte sur de la Isla Grande fue importante para que se organizaran en solidaridad varias de las otras comunas del archipiélago, donde comenzaron a auto-convocarse las comunidades en “Asambleas Sociales por una Salud Digna” para el Archipiélago, levantando diagnósticos locales y petitorios comunales para llegar a un petitorio provincial con respecto a la salud.

La organización del resto del archipiélago, desde el mismo día 27 de mayo por la tarde, se sustentó en varias experiencias de encuentro y discusión que se han venido dando en Chiloé desde el año 2011, pero que se profundiza rápidamente este 2013, posicionando este año como uno muy fructífero para los pueblos organizados de esta zona, que le dan el marco al llamado despertar del archipiélago. En primer lugar, las movilizaciones estudiantiles del 2011 dejaron a varios estudiantes organizados y los que emigraron a estudiar a las diferentes casas de estudio universitario y técnico, aportaron lo suyo organizando a las comunidades chilotas residentes desde Valparaíso a Puerto Montt. También el espacio creado este 2013, “Encuentro Pensar Chiloé”, que reúne a una serie de organizaciones comunitarias y autónomas del archipiélago, incluyendo a comunidades williche, trabajadores, pobladores, estudiantes y comités de defensa territorial, es un ejemplo de como avanza la coordinación desde abajo. De la misma manera, es muy relevante la experiencia de las comunidades williche, quienes convocaron a un II Congreso de Pueblos Originarios de Chiloé en el mes de abril de 2013 y que, al igual que el “Pensar Chiloé” llegaron a las mismas conclusiones de cuales son las necesidades del archipiélago: autonomía comunitaria, defensa territorial, profundización del pensamiento descolonizado y dignidad para Chiloé; todas cuestiones que no pasan por construir mega-proyectos de infraestructura como el puente sobre el Canal de Chacao o los parques eólicos en algún lugar de la isla, asumidas públicamente, entre muchas organizaciones, por la CUT provincial. Queda claro que Chiloé se cansó de la postergación y de la mirada colonizadora que viene incluida en cada política pública que se diseña para la región, donde la comunidad no tiene soberanía para manejar información y tomar decisiones autónomas, convocándose para avanzar en construir un proceso económico, político y social propio del territorio y de acuerdo con su historia, su ambiente y la cosmovisión de sus comunidades.

Por último, en la actualidad se están organizando diferentes espacios de encuentro y comunicación entre las diferentes expresiones de poder comunitario en Chiloé, ya sea tanto para participar en el espacio ganado por las movilizaciones en una mesa de trabajo con el Ministerio de Salud, que incluye a las Asambleas Sociales a la par de los Municipios de la provincia, como para coordinar posiciones sociales sobre las diferentes problemáticas que tiene el archipiélago en su conjunto, entre las cuales encontramos la salud, la educación, la conectividad entre islas, el trabajo comunitario desplazado por la industria, la contaminación de su medio ambiente, la privatización del mar y borde costero austral, la insustentabilidad social y ambiental de la salmonicultura, los mega-proyectos energéticos eólicos, el colonialismo cultural, los malos caminos,  la falta de agua dulce a partir de la extracción de los pomponales y de la tala indiscriminada del bosque nativo, y los problemas territoriales de mar y tierra de los pueblos originarios e insulares.

En este sentido, la movilización por salud digna para el archipiélago continúa, la coordinación comunitaria permanece en estado de movilización, y ya se está proyectando la defensa de los petitorios locales de las asambleas para solucionar definitivamente y por distintos caminos legales las carencias de salud de Chiloé, el cual fue un acuerdo social que se tomó a partir de la reunión de los alcaldes de Chiloé en el Ministerio de Salud el día viernes 7 de julio pasado. Además, las juventudes chilotas en el continente se comienzan a organizar para pensar nuestra tierra desde su formación y experiencia. 


De esta manera la mitología de vivir en un lugar prístino, donde dan ganas de salir a mojarse en una lluvia copiosa y poética, con olor a musgo entre sonidos de acordeón, o sentirse gustoso alrededor de la cocina chilota  tomándose un mate, se va perdiendo en cada camión salmonero que pasa, en cada flotador arrojado en la playa como basura por algún cultivo de choritos o en cada muerto que se produce por contar con un sistema de salud deficiente y en crisis profunda hace muchos años. Sin embargo, hoy la realidad se vuelve más fuerte que nunca y golpea a los hermanos y hermanas que no defendieron en su tiempo el territorio, que permitieron que Chiloé se convirtiera en basural de la industria del salmón o de las políticas enajenadoras de fomento agrícola y forestal, entremezclándose mitología y realidad en la isla. Por ahora, lo único que tenemos como certeza es que Chiloé se reafirma como un territorio de pueblos humildes y despiertos, luchadores de la vida y con los pies descalzos bien puestos sobre la tierra. 

Publicado en el número de julio del periódico libertario "Solidaridad"

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