martes, 6 de agosto de 2013

Continuemos avanzando con unidad hacia los objetivos del pueblo

Editorial de "Solidaridad" nº18

Termina julio y con él otro mes de consolidación de un movimiento popular que de norte a sur viene empujando con fuerza desde abajo, demostrando cada vez mayores niveles de lucha, de conciencia, de organicidad y de capacidad de hablarle al país, instalando progresivamente en el sentido común de nuestro pueblo grandes demandas transformadoras y disputando la hegemonía al neoliberalismo.

Los buenos resultados de las recientes jornadas de lucha obrero-estudiantiles fueron fruto de un arduo trabajo de organización y de clarificación política, de superación de rencillas entre hermanos de clase, de unidad de los que luchan. Volvió a mostrar cuáles son los sectores de nuestro pueblo más avanzados orgánica y programáticamente y con mayor capacidad de poner en jaque al modelo, pero también la necesidad de que esa masividad y disposición combativa se amplifique y trascienda más allá de esos sectores, contribuyendo a la organización y politización de franjas más amplias del pueblo.

De cara a ello, debemos seguir avanzando en la construcción de un movimiento popular con características libertarias (con autonomía de clase, democracia interna y con la acción directa de masas como mejor herramienta) en todos los territorios, en todas las ramas del mundo del trabajo, en los colegios, liceos, institutos técnicos  y universidades.


Pero no basta con la construcción de poder popular a todos los niveles, también hay que avanzar en la intersectorialidad, en la relación cada vez más estrecha entre los distintos sectores populares en apoyo a las luchas que libra cada cual y también en torno a objetivos comunes.

Así lo está reconociendo crecientemente el movimiento estudiantil. Muestra de ello es que la CONFECH, coordinación unitaria que ha jugado un rol clave en el presente ciclo de luchas, ha planteado lo siguiente:

 “Entendemos como prioridad para el largo plazo, fortalecer cada vez más el trabajo con los diversos actores sociales; desde ya trabajaremos por reunirnos con los actores con los cuales nos movilizamos el 26 de junio -como la Unión Portuaria de Chile y los trabajadores del cobre- para seguir proyectando una lucha conjunta, que buscaremos se amplíe a todas las organizaciones sociales. Sabemos que como estudiantes solos no bastamos, y que si bien la educación es una demanda prioritaria, se enmarca dentro de un sistema que en su conjunto ha empeorado la calidad de vida de los chilenos y chilenas". (CONFECH, Arica 16 de julio 2013).

Es claro que la unidad de los y las que luchan es clave para forjar un pueblo fuerte, hacia ese objetivo es que debemos seguir dando pasos firmes como los planteados el pasado 26 de junio, donde quedó patente que la izquierda, cuando trabaja unida, puede ser un factor relevante en la vida política del país sin necesidad de alianzas inconducentes con los enemigos del pueblo. Quienes por cálculos mezquinos o miopía sectaria insistan en marginarse de ese impulso unitario que los sectores más avanzados de nuestro pueblo vienen exigiendo e imponiendo con los hechos, quedarán irremediablemente condenados a la impotencia.

Queremos finalizar esta editorial con un recordatorio, no por afán nostálgico, sino porque los hechos que ocurrieron en el pasado siguen pesando, y mucho, en el presente de nuestro pueblo. En este  segundo semestre del 2013 se cumplen 40 años del golpe militar que impuso este modelo neoliberal que padecemos mediante el asesinato de miles y la persecución de las organizaciones populares que habían alcanzado un desarrollo nunca antes visto en la historia de Chile.

La memoria de las atrocidades contra nuestro pueblo provocadas por este modelo impuesto en dictadura y que llega hasta hoy, la conciencia de lo que nos fue arrebatado a sangre y fuego por las clases dominantes, deben ser un incentivo para trabajar con mayor esfuerzo para la consecución de nuestras principales demandas en la actualidad: la nacionalización del cobre y de nuestros recursos naturales, el fin al sistema de AFP instaurando un nuevo sistema de pensiones, un nuevo código laboral y educación pública, gratuita y con control comunitario.

Todas ellas son transformaciones estratégicas para nuestro pueblo, que vamos a conseguir empujando juntos trabajadores, estudiantes y pobladores, construyendo la alternativa que necesitan las grandes mayorías de Chile, quebrándole el espinazo a la institucionalidad legada por la dictadura y sostenida hasta hoy por la Concertación y la derecha.

¡Por el socialismo y la libertad!
¡Arriba los que luchan!

¡Venceremos!

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