Termina
julio y con él otro mes de consolidación de un movimiento popular que de norte
a sur viene empujando con fuerza desde abajo, demostrando cada vez mayores
niveles de lucha, de conciencia, de organicidad y de capacidad de hablarle al
país, instalando progresivamente en el sentido común de nuestro pueblo grandes
demandas transformadoras y disputando la hegemonía al neoliberalismo.
Los
buenos resultados de las recientes jornadas de lucha obrero-estudiantiles fueron
fruto de un arduo trabajo de organización y de clarificación política, de
superación de rencillas entre hermanos de clase, de unidad de los que luchan. Volvió
a mostrar cuáles son los sectores de nuestro pueblo más avanzados orgánica y
programáticamente y con mayor capacidad de poner en jaque al modelo, pero
también la necesidad de que esa masividad y disposición combativa se amplifique
y trascienda más allá de esos sectores, contribuyendo a la organización y
politización de franjas más amplias del pueblo.
De
cara a ello, debemos seguir avanzando en la construcción de un movimiento
popular con características libertarias (con autonomía de clase, democracia
interna y con la acción directa de masas como mejor herramienta) en todos los
territorios, en todas las ramas del mundo del trabajo, en los colegios, liceos,
institutos técnicos y universidades.
Pero
no basta con la construcción de poder popular a todos los niveles, también hay
que avanzar en la intersectorialidad, en la relación cada vez más estrecha
entre los distintos sectores populares en apoyo a las luchas que libra cada
cual y también en torno a objetivos comunes.
Así lo
está reconociendo crecientemente el movimiento estudiantil. Muestra de ello es
que la CONFECH, coordinación
unitaria que ha jugado un rol clave en el presente ciclo de luchas, ha
planteado lo siguiente:
“Entendemos como prioridad para el largo
plazo, fortalecer cada vez más el trabajo con los diversos actores sociales;
desde ya trabajaremos por reunirnos con los actores con los cuales nos
movilizamos el 26 de junio -como la Unión Portuaria de Chile y los trabajadores
del cobre- para seguir proyectando una lucha conjunta, que buscaremos se amplíe
a todas las organizaciones sociales. Sabemos que como estudiantes solos no
bastamos, y que si bien la educación es una demanda prioritaria, se enmarca
dentro de un sistema que en su conjunto ha empeorado la calidad de vida de los
chilenos y chilenas". (CONFECH, Arica 16 de julio
2013).
Es
claro que la unidad de los y las que luchan es clave para forjar un pueblo fuerte,
hacia ese objetivo es que debemos seguir dando pasos firmes como los planteados
el pasado 26 de junio, donde quedó patente que la izquierda, cuando trabaja
unida, puede ser un factor relevante en la vida política del país sin necesidad
de alianzas inconducentes con los enemigos del pueblo. Quienes por cálculos
mezquinos o miopía sectaria insistan en marginarse de ese impulso unitario que
los sectores más avanzados de nuestro pueblo vienen exigiendo e imponiendo con
los hechos, quedarán irremediablemente condenados a la impotencia.
Queremos
finalizar esta editorial con un recordatorio, no por afán nostálgico, sino
porque los hechos que ocurrieron en el pasado siguen pesando, y mucho, en el
presente de nuestro pueblo. En este
segundo semestre del 2013 se cumplen 40 años del golpe militar que
impuso este modelo neoliberal que padecemos mediante el asesinato de miles y la
persecución de las organizaciones populares que habían alcanzado un desarrollo
nunca antes visto en la historia de Chile.
La memoria
de las atrocidades contra nuestro pueblo provocadas por este modelo impuesto en
dictadura y que llega hasta hoy, la conciencia de lo que nos fue arrebatado a
sangre y fuego por las clases dominantes, deben ser un incentivo para trabajar
con mayor esfuerzo para la consecución de nuestras principales demandas en la
actualidad: la nacionalización del cobre y de nuestros recursos naturales, el fin
al sistema de AFP instaurando un nuevo sistema de pensiones, un nuevo código
laboral y educación pública, gratuita y con control comunitario.
Todas
ellas son transformaciones estratégicas para nuestro pueblo, que vamos a
conseguir empujando juntos trabajadores, estudiantes y pobladores, construyendo
la alternativa que necesitan las grandes mayorías de Chile, quebrándole el
espinazo a la institucionalidad legada por la dictadura y sostenida hasta hoy
por la Concertación y la derecha.
¡Por el socialismo y la libertad!
¡Arriba los que luchan!
¡Venceremos!
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