Organizada por varias organizaciones y colectivos indígenas (sobre todo Mapuche), esta nueva versión de la marcha que año a año repudia el denominado “Día de la raza” (12 de octubre), fecha que marca el inicio del genocidio hacia los pueblos originarios americanos, contó esta vez, con la asistencia de unas 12.000 personas en la ciudad de Santiago.
Desde las 11:00 horas, la columna comenzó a avanzar por la calzada norte de la principal arteria capitalina (La Alameda), desde la Plaza Italia hacia el poniente, con la intención de llegar a las faldas del Cerro Welen (Santa Lucía). En este lugar se encontraba dispuesta una feria en donde se podían encontrar diversos artículos y un escenario, sobre el cual se llevó a cabo un acto político-cultural. Varias bandas musicales y mensajes de werkenes Mapuche, miembros de diversas Comunidades en lucha, denunciaron la histórica represión y despojo que vive su pueblo desde hace 519 años. Sin embargo, la actividad que contaba con autorización de la Intendencia hasta las 16:00 horas, culminó abruptamente, cuando un grupo no menor de personas intentó avanzar hacia el Palacio de Gobierno. El avance de esta masa de manifestantes fue detenido por un gran contingente de policías en Santa Rosa con La Alameda. Así, desde pasadas las 14:00 horas, comenzaron los primeros enfrentamientos con Carabineros, quienes intentaron disolver la protesta utilizando varios carros lanza-aguas, carros lanza-gases y bombas lacrimógenas. Alrededor de una decena de personas fueron detenidas en los disturbios que se extendieron por cerca de dos horas, y en los que resultaron destruidos varios ventanales de bancos y entidades financieras, sobre todo ubicadas hacia el interior de la calle Miraflores.
Las demandas por justicia, dignidad, autonomía, tierra y libertad, siguen sin ser resueltas por un Estado chileno que no ha hecho más que intentar exterminar a toda costa cualquier intento de autodeterminación de los Pueblos Originarios. Los Mapuche han sido el pueblo que con mayor fiereza han resistido la colonización hasta hoy, a pesar de la constante represión que han sufrido desde siempre. La tortura, la muerte, la miseria, la cárcel y la discriminación, han sido pan de cada día para este ancestral pueblo guerrero. Aún, en los penales del sur de Chile, son decenas de Mapuche los que viven la prisión política, procesados por la infame Ley Anti-Terrorista, herencia directa de la brutal Dictadura Militar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario