El pueblo de Calama se organiza para dar la pelea
Durante
las últimas semanas, la ciudad nortina de Calama, se ha volcado a las calles, en rechazo a la propuesta del
gobierno para el desarrollo en las ciudades nortinas, denominado Fondo de Desarrollo del
Norte (Fondenor), el cual consideran insuficiente y que no
cumpliría con la demanda real de las ciudades mineras del país.
¿Qué es el FONDENOR?
Esta
propuesta contemplaría la entrega de 225 millones de dólares, a 40 comunas
mineras del país, los cuales serían repartidos entre los años 2013 y 2015. Este
monto significaría un máximo de 1.400 millones de pesos al año para cada
comuna, lo que parece ser una broma de mal gusto para las y los habitantes del
norte, ya que solo durante el año 2011 la ciudad de Calama (por ejemplo),
produjo para el presupuesto nacional casi 4 mil millones de dólares de
utilidades y en los últimos cinco años han
generado más de 15 mil millones.
Este
Proyecto de Ley que actualmente se encuentra en el Congreso, pretende “saldar la deuda con las comunas mineras del
norte del país”. Pero cuando vemos que el dinero que se destinará para el
norte no alcanza a ser siquiera el 20% de lo que esta zona contribuye al país,
nos damos cuenta que esto solo ayuda a agrandar la deuda que tienen los
gobiernos históricamente con la zona.
¿Qué quieren las y los calameños?
La
ciudad de Calama se encuentra en una de las zonas más fértiles para la
extracción del metal rojo, por lo que podría pensarse que las condiciones de
vida de los habitantes del lugar son adecuadas al menos para el diario vivir,
mas no es así. En Calama se puede observar con solo caminar por sus calles, una
profunda tristeza, una sensación de olvido que se mezcla con la sequedad y el
calor, el aislamiento y la pobreza.
Calama
ha sido la ciudad más movilizada con respecto al tema y al igual que en Aysén
se han organizado para salir a las calles en asambleas bastante amplias que
agrupan a distintos sectores de la sociedad (desde “autoridades”, hasta
trabajadores).
El petitorio de la asamblea de Calama
contempla al menos 5 demandas básicas:
-Indemnización de 400 millones de
dólares por el traslado de Chuquicamata a la ciudad.
-Una Universidad “estatal” para la
ciudad.
-El 5% de las utilidades del cobre para
invertir en la ciudad.
-La real participación de la comunidad
en las decisiones que se toman con respecto a las ganancias del cobre y sobre
lo que tiene que ver con el impacto medioambiental.
-Real descentralización.
Estas
son las demandas que las y los habitantes de la ciudad han levantado como
respuesta a las migajas que quiere
entregarles el gobierno. Sin embargo, sabemos también que cuando se levantan este
tipo de organizaciones, con un carácter tan amplio que incluye a la clase
política y a otros sectores que no responden a los intereses de clase de los
trabajadores, el destino parece estar sellado de antemano, en beneficio de la
minoría más privilegiada.
Pero
esto recién comienza y no todo está dicho en la ciudad minera. Si el pueblo
trabajador es capaz de instalar la defensa de los intereses de las comunidades
más empobrecidas por el saqueo de los grandes conglomerados que están metidos
en el negocio minero y el Estado, quizás el desenlace de esta lucha sea
favorable a la mayoría de la población que copará nuevamente las calles bajo el
sol y en medio de la roja tierra del norte.
Publicado en el nº12 del periódico "Solidaridad"
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