lunes, 9 de septiembre de 2013

A 40 años del golpe: recuperando la iniciativa, construyendo la alternativa popular

EDITORIAL DE "SOLIDARIDAD" Nº 19, SEPTIEMBRE DE 2013

Ha llegado un nuevo septiembre, y éste no puede estar más cargado de simbolismo. Como recordábamos el mes pasado, se cumplen 40 años del golpe de Estado ocurrido el 11 de septiembre de 1973, mediante el cual la burguesía chilena, con el activo apoyo del gobierno de los Estados Unidos, derrocó al gobierno de la Unidad Popular y abrió un período de intensa represión contra la izquierda y el pueblo organizado.

Resulta evidente que la violenta represión sufrida durante los 17 años de dictadura buscó instalar el miedo como una muralla que impidiera el resurgimiento de las organizaciones populares.  Ese miedo consiguieron extenderlo mediante el “ruido de sables” hasta muy recientemente, pero ya no se sostiene más, está comenzando a desvanecerse. Podemos decir con orgullo que estamos siendo capaces de sacudirnos el terror impuesto y, en ese proceso, hemos logrado recuperar la calle como un espacio de expresión política y desafiar, mediante demandas de fondo, las bases de sustentación del sistema.


Quienes durante estos últimos años nos hemos movilizado en el país, ya sea en las manifestaciones estudiantiles, en la lucha por cambiar el injusto sistema previsional, en las huelgas o en las barricadas y paros comunales en contra del centralismo, estamos luchando, lo sepamos o no, contra la funesta herencia pinochetista, reflejada en el vigente modelo económico, la actual estructuración institucional y el aberrante déficit social que padecemos como pueblo. Y es que el objetivo principal de los golpistas fue generar las condiciones de sometimiento que les permitieran realizar una transformación profunda del país mediante una serie de reformas laborales, económicas, sociales y culturales que buscaban poner fin al protagonismo de los sectores populares.

Durante los mil días del gobierno de la UP, el pueblo fue capaz de lograr avances importantes en sus demandas más sentidas, aunando los esfuerzos de obreros, pobladores, estudiantes y profesionales, trabajando codo a codo para construir el socialismo y multiplicando iniciativas de Poder Popular antagónicas al orden de los ricos, que se materializaron en la construcción de embrionarios órganos de poder propios, como lo fueron los Cordones Industriales, los Comandos Comunales, las tomas de terreno y el control territorial, las Juntas de Abastecimientos y control de Precios, entre otros. Sin lugar a dudas, fue el período de nuestra historia en el que se abrieron más posibilidades de participación política para las grandes mayorías del país, las cuales habían sido sistemáticamente dejadas de lado por la democracia formal y restringida vigente hasta entonces.

Si hay una lección que las y los libertarios creemos que es necesario recuperar de aquellos años es el afán de construcción colectiva y de generar la unidad necesaria para construir la fuerza social capaz de realizar cambios estructurales. Los desafíos que como izquierda tenemos por delante son enormes. Ante un proceso acelerado de reacomodo de las fuerzas del bloque dominante, que busca encauzar  y cooptar la protesta social, se hace urgente que forjemos espacios de articulación que no pivoten en torno a tal o cual opción táctica, sino en torno a los objetivos estratégicos de proyectar políticamente lo acumulado en estos años de resurgir del movimiento popular y de disputarle la hegemonía a los dueños del país. En ese sentido, resulta útil recordar hoy el sentido de generosidad política y de unidad en la diversidad que permitió al pueblo y a la izquierda, por encima de las diferencias, constituirse en el actor central de la vida nacional.

En este mes recordamos a quienes cayeron de pie luchando por una vida digna para todos y renovamos nuestro compromiso de seguir poniendo nuestros mejores esfuerzos en abrir los caminos hacia el socialismo y la libertad; ese es el mejor homenaje que les podemos rendir.

¡Ni un solo segundo de silencio, toda una vida de combate!
¡Arriba las y los que Luchan!
¡Venceremos!

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