lunes, 7 de octubre de 2013

La lucha del pueblo mapuche, es la lucha por la defensa de la vida




La problemática indígena en Chile es algo especialmente relevante para los libertarios. Los conflictos provocados por el capitalismo neoliberal han evidenciado un altísimo nivel de discriminación, exclusión y represión brutal a los pueblos indígenas de norte a sur del país. La tierra ancestral del pueblo mapuche ha sido arrebatada tanto por el Estado chileno, como por el imperialismo. Este último es el principal culpable, en conjunto con las empresas multinacionales, de crear un clima de injusticia y de represión hacia los pueblos indígenas, en especial del pueblo Mapuche. En este complejo contexto de lucha de los pueblos indígenas, en vísperas del 12 de octubre como fecha hito de la invasión española, es que como grupo editor del Periódico Solidaridad queremos dar énfasis a esta temática.


Desde que los invasores españoles llegaron buscando montañas de oro, arrasando con todo a su paso, pueblos indígenas han resistido y se ha levantado contra la opresión. Nuestra sociedad, embrutecida por las leyes y normas capitalistas, comprende cada vez menos la cosmovisión indígena, por ende las demandas mapuche. La propiedad privada, pilar fundamental de la actual sociedad e institucionalidad, prohíbe, castiga, y dificulta encontrar una solución para las demandas de estos pueblos. Y es que para el indígena la tierra es todo. Es la vida misma. Ellos la han heredado ancestralmente. La tierra no se vende, ni es de nadie en particular. Por esto cuando el arrebato de sus tierras, dejada en manos de empresarios, genera un conflicto tal, que no solo se trata usurpación de tierras, sino del aplastamiento de toda una cultura, de toda una cosmovisión que se sustenta en la vida en comunidad y la en la propiedad colectiva. El mapuche no es nada sin su tierra.



El Estado, como principal reproductor del modelo capitalista, vela fielmente por los intereses empresariales, sometiéndose a las presiones del capital nacional y extranjero, ha mantenido por décadas una política de persecución, represión, tortura y exterminio en contra de las comunidades mapuche, y paulatinamente ha ido perfeccionando los instrumentos legales para criminalizar su protesta, castigándola con la ley antiterrorista que lapida a los comuneros con condenas que superan los años de vida de cualquier mortal.



Sabemos que tanto los medios de comunicación, como todos los gobiernos que hemos visto pasar desde la dictadura, son los responsables de criminalizar la justa lucha del pueblo mapuche, clasificando sus vinculaciones y redes de apoyo como asociación ilícita terrorista. La desinformación y nuestra ignorancia solo alimentan esta labor de exterminio. No sólo debemos acompañar al pueblo mapuche en su lucha, sino que además debemos compartir su lucha y su destino. Respondiendo al lineamiento libertario; la lucha contra la propiedad privada; la socialización de los medios de producción; el respeto por el medio ambiente, que representan algunos de los pilares fundamentales de nuestra ideario, también los comparte el pueblo mapuche, homologando las ideas de propiedad colectiva y respeto por nuestra tierra. El ejercicio práctico de estos lineamientos, es lo que ha transformado a los mapuche en terroristas, ya que han sido ellos los que han iniciado una lucha por la propiedad ancestral sus tierras, donde su cosmovisión forma una resistencia viva al Estado y al capital.




La lucha del pueblo mapuche, es la lucha por la defensa de la vida



El asesinato a sangre fría de mapuche como Matías Catrileo o Rodrigo Melinao -solo por nombrar un par-, la justificación política de actos criminalmente represivos,  la indiferencia civil, la miseria en la que viven las comunidades mapuche, los constantes allanamientos, la brutal represión y la violación a los derechos fundamentales de la humanidad. No sólo justifica su accionar; cortes de rutas, barricadas; e incendios a predios. Sino que exige una articulación mayor del movimiento para la superación política de su conflicto.



La lucha de los pueblos indígenas, y en especial la lucha mapuche en Chile, tienen un  gran enemigo común junto a los demás sectores del movimiento popular. Ese enemigo es el capital y el Estado, este último, protector de los intereses de los grandes capitales extranjeros y el imperialismo. Es desafío de los distintos sectores que luchan en contra de las actuales condiciones económicas y políticas, el desarrollo del poder popular expresado en un gran polo de izquierda, capaz de luchar desde todos los frentes, tanto para superar los frenos institucionales que nos permitan avanzar en lo inmediato, como para allanar el camino para la construcción de una nueva sociedad.   




Arriba las y los que luchan.

Marichiweu

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